NO DOY PERMISO para publicar ninguno de mis fanfics en ninguna plataforma.

Nuestro momento predestinado [cap16]


Título: Nuestro momento predestinado
Fandom: Mentes Criminales          Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia
Capítulos: 30 (16 de 30)
Resumen: El gobierno dice que Spencer Reid es el Alma Gemela de Aaron Hotchner, y Aaron siempre ha confiado en el sistema, pero ese chico flacucho con pinta de ayudante de profesor universitario y claros problemas de personalidad no puede ser su Alma Gemela. No le queda otro remedio que casarse con él, pero eso no significa que tenga que aceptarlo como su pareja.
Nota: Atención, esta es una historia dura que involucra a niños que han sido violados y torturados. Estos hechos no se describen en sí, pero sí se habla posteriormente de ellos y también se incluye la muerte de menores.


Capítulo 16


«Dos niños secuestrados, violados y abandonados. Una semana cada uno consecutivamente. Y ya han secuestrado al tercero».

—Ya regreso, prepáralo todo—Spencer colgó el teléfono y miró con expresión de disculpa a Aaron—. La cena tendrá que posponerse, tengo un caso.

—¿Puedo acompañarte?

—¿Eh?—le miró sorprendido.

—Después del último caso mi equipo aún tiene tres días fuera de rotación, no nos llamarán para un caso. ¿Sería posible que te acompañara?—esperaba no estar sonando tan desesperado como creía—. Pensaba en pasar un tiempo contigo estos tres días después de tantas semanas sin vernos y no me importa que sea en el trabajo.

Spencer sintió su rostro ruborizarse y un agradable calor en el pecho, su corazón latiendo más rápido de lo necesario.

—Bueno, podemos solicitar apoyo de cualquier agencia si lo necesitamos así que no veo por qué no. Pero tienes que informar a tu superior y tendrás que seguir mis órdenes.

Aaron sonrió y Spencer se dio cuenta por primera vez de que tenía hoyuelos, unos hoyuelos demasiado atractivos.

Hotch llamó a Strauss, quien no le puso ningún inconveniente para colaborar con el CRI, de hecho, dado que ya había tres víctimas menores, pudieron tomar un avión de la agencia. Al final la cena no se pospuso, cenaron juntos, aunque fue en un vuelo hacia Minneapolis.

—¿Qué te parece?—le preguntó al chico mientras repasaban los papeles que tenían del caso durante el vuelo.

—No puedo decir mucho hasta que examine a los niños, pero por ahora parece que tenemos a un pederasta pedófilo sin preferencias claras y con un alto nivel de agresividad y energía.

—¿Energía?

—Me sorprende que les haya podido causar tanto daño en apenas una semana. Es como si no hubiera dormido siquiera. No se lo ha tomado con calma, desde luego. Pero debe ser agotador, dos semanas seguidas y va por el tercero, sin apenas descansar... Me hace pensar que puede haber más de un sujeto. Pero tendré que hablar con los niños para poder confirmar esto ya que no se han hallado restos biológicos de nadie.

—No sería extraño que dos o más pederastas colaboraran. Podrían estar turnándose para escoger a las víctimas y por eso no parece haber una preferencia clara.

—Es una posibilidad. Va a ser duro, pero en este caso tendré que hablar con los niños, solo ellos saben lo que está pasando y el tercer niño ya lleva nueve horas desaparecido y probablemente sufriendo lo mismo que ellos.

Nada más llegar a la jefatura de policía, un hombre de cara redonda y canoso les recibió.

—¿El doctor Spencer Reid? Soy el capitán Collins, me alegra que haya podido venir tan rápido—le dijo dándole la mano.

—Algo así no puede esperar. Este es el agente especial Aaron Hotchner del FBI.

—¿FBI?—el capitán le miró suspicaz.

—No se preocupe, no está representando a su agencia, solo viene como apoyo para mí ya que mi ayudante aún está ocupada terminando los preparativos para nuestro centro en Washington. ¿Tienen alguna novedad?

—Me temo que no. Deja a los niños en zonas aisladas, hemos revisado todas las cámaras de las cercanías, pero no hay ninguna grabación, ni siquiera de los secuestros. Aún seguimos revisando más vídeos. En cuanto a los niños, su estado físico es lamentable, pero psicológicamente están destrozados, no hablan, ni nuestros psicólogos han sido capaces de conseguir nada—estaba tan decaído como el resto del departamento. Todo el mundo estaba de mal humor, se podía notar la tensión en el ambiente.

—Me gustaría que el agente Hotchner revisara los lugares de secuestro y liberación, mientras tanto yo iré a ver a los niños.

—Por supuesto, mis agentes les acompañarán.

Ya era muy tarde cuando Hotch llegó al hospital después de haber pasado por los cinco escenarios. Cuando preguntó por Reid, la enfermera le dijo que esperara, que estaba hablando con los padres. Media hora después, salió de una sala junto a dos hombres que parecían destrozados. Los hombres entraron en la habitación del niño y Reid se acercó a él.

—¿Qué has visto?—le preguntó con esa expresión seria que ponía cuando estaba conteniendo sus propias emociones.

—Es inteligente, lo tiene bien calculado, hay muy pocas probabilidades de que lo pillen en el acto—respondió y Reid asintió con la cabeza.

—Vamos a hablar con el capitán, ya sé lo que está pasando.

En pocos minutos tenían reunidos al capitán de la policía y a los agentes que investigaban el caso. Reid se puso frente a ellos con expresión grave.

—Me temo que no tenemos entre manos solamente a un pederasta sino a un empresario. Este hombre no secuestra a los niños solo para sí mismo, si bien él también abusa de ellos, sino que los secuestra para otros pederastas. Los niños fueron abusados por diferentes hombres y hubo un intercambio de dinero en metálico entre estos y el secuestrador. Además, se realizaron diversas grabaciones que podrían estar ya en Internet. Desconozco por ahora la forma en que contacta con los otros pederastas, pero probablemente sea a través de Internet en foros a los que ellos acceden.

—¿Cómo damos con él?—preguntó Collins.

—No podremos hacerlo por el método habitual, es demasiado inteligente y cuidadoso para dejarse pillar y no tengo intención de esperar a que cometa un error con alguna víctima. Necesitamos analistas informáticos que busquen la página web por la que se están comunicando—miró de reojo a Hotch según decía esto y el agente no dudó un segundo en llamar a García—. Una vez que demos con ellos, no quiero correr riesgos de que le suceda algo al niño. Fingiremos ser alguien interesado, concertaremos una cita, o como ellos lo llamen, y un agente acudirá haciéndose pasar por pedófilo. Una vez que se asegure de que el niño está allí tendrá que reducir a nuestro sujeto hasta que lleguen los demás agentes.

—¿Cree que eso funcionará?

—Es la forma más segura de que el niño no sufra ningún daño. Si llegaran de repente coches de policía y el sujeto se siente atrapado podría querer deshacerse del niño. Incluso podría tenerlo en otra parte que no fuera el lugar de reunión y no querer decirnos dónde se encuentra. No voy a correr riesgos con esto, espero que sigan mis instrucciones para que nada salga mal.

—Confío en su criterio, doctor. Yo tampoco quiero que ese niño corra peligro. Pero nosotros no contamos con analistas informáticos que puedan encargarse de encontrar esa web.

—El agente Hotchner está contactando con una analista del FBI y ahora mismo voy a contactar con el ICE* para que nos presten apoyo ya que puede que incluso ya tengan controlada la página web que buscamos. Mientras tanto, reúna a sus hombres más cualificados junto con sus expedientes, quiero escoger al que se hará pasar por pederasta y tenerlo todo preparado para actuar en cuanto contactemos con el sujeto.

El capitán obedeció de inmediato, difícil no hacerlo cuando Reid parecía saber tan bien lo que hacía.

—García ya se está poniendo en contacto con el ICE, encontrará enseguida esa página web o lo que quiera que estén utilizando.

—Necesito una García en mi equipo. ¿Te molestaría mucho que te la robara?—le preguntó bromeando, aunque realmente querría tenerla consigo.

—Por desgracia no me sorprendería que aceptara la oferta tratándose de niños, pero reduciría las capacidades de nuestra unidad a menos de la mitad.

—Bueno, encontraré a alguien. Estoy seguro de que no faltarán hackers dispuestos a ayudar. Ahora necesito un café. Técnicamente ya es mañana así que lo de no hay más café por hoy ya caducó.

—Ya que parece que nadie va a dormir, no me opondré.

Estaban tomando un café en la sala de descanso cuando un policía llegó para informarles de que los agentes seleccionados por el capitán ya estaban reunidos.

—Están trabajando rápido—comentó Hotch mientras se dirigían a la sala.

—La gente suele trabajar rápido cuando se trata de niños. Apuesto a que todos quieren ser el infiltrado, están deseando poner sus manos sobre el Sudes.

Cuando llegaron, había una veintena de hombres, tanto uniformados como de paisano.

—Ahí tiene los expedientes, confío en que cualquiera de ellos podría hacer un buen trabajo—le dijo el capitán, quizás algo incómodo por no ser él quien escogiera al infiltrado.

—No lo dudo, pero quiero estar seguro de que nuestro sujeto no sospecha lo más mínimo para no poner en peligro al niño.

Comenzó a leer uno por uno los expedientes que había sobre la mesa. Pasaba las hojas a tal velocidad que probablemente pensaban que solo los estaba hojeando por encima, pero Aaron sabía que los estaba analizando detalladamente. En pocos minutos tenía tres expedientes separados del resto y nombró a los tres agentes, que dieron un paso al frente. Les miró de arriba abajo y finalmente se decidió.

—Detective Alexander Mahone, usted será nuestro infiltrado. Muchas gracias a todos los demás por su disposición.

—¿Puedo preguntar por qué él? Solo curiosidad—preguntó uno de los otros dos que había nombrado. Decía que era por curiosidad, pero sin duda se sentía molesto por no haber sido escogido o, más bien, porque hubiera escogido a Mahone en particular. Hotch se había dado cuenta de que, por las miradas que algunos agentes le habían dedicado, no parecía caer muy en gracia entre sus compañeros.

—Simple apariencia. Por vuestros expedientes cualquiera sería apto, pero, si bien el vecino de al lado con aspecto de padre perfecto puede ser un pederasta, la gente tiende a confiar en las apariencias. Físicamente él se acerca más al estereotipo de pederasta que la gente tiene en mente.

El agente y sus compañeros parecieron satisfechos por esta respuesta y poco a poco fueron vaciando la sala. Mahone, vestido con una camisa azul oscura y un abrigo marrón de tweed que había visto mejores tiempos, no pareció inmutarse a pesar de lo que había sido prácticamente un insulto. Era un hombre que casi rondaría los cincuenta años, de rostro anguloso, con una ligera sombra de barba incipiente y algunas arrugas marcadas en la frente, de tez morena y ojos azules grisáceos. Su pelo castaño estaba algo descuidado, ligeramente largo y revuelto. No se podía decir que fuera feo, en absoluto, pero su apariencia en general estaba muy desaliñada.

—Espero que no se haya ofendido con lo que he dicho—comenzó Reid cuando se quedaron los tres solos—. Si bien es cierto que su apariencia está descuidada, no sería difícil conseguir un efecto similar en los otros dos agentes. Sin embargo, aunque estoy seguro de que usted desea atrapar a este sujeto tanto como los demás, la sed de sangre de sus compañeros emana por sus poros y podría llegar a ser un problema en el momento en que vieran al sujeto. Además, el hecho de que haya trabajado como infiltrado para Narcóticos es un punto a su favor, el deseo y la necesidad que deberá mostrar no serán muy diferentes a aquellos. ¿Está limpio ahora?—le miró a los ojos por primera vez esperando su respuesta. No aparecía nada en su expediente sobre una adicción, pero Reid estaba seguro de ello.

El detective hurgó en su bolsillo y sacó una chapa de doce años de Narcóticos Anónimos. Reid tan solo asintió con la cabeza y Mahone volvió a guardar la chapa. Hotch se dio cuenta de que el detective miraba ahora a Reid analizándolo por primera vez. Su mirada era tan intensa que parecía poder ver las marcas de pinchazos en su brazo. No cruzaron ninguna palabra, pero estaba seguro de que se habían reconocido el uno al otro.

Reid pasó un rato explicando a Mahone cómo debía actuar, aunque ya tenía experiencia infiltrándose por lo que no necesitó mucha instrucción. Durmieron a ratos, comieron un poco, hablaron con los desesperados padres, prepararon el grupo de asalto que llegaría cuando Mahone tuviera al Sudes asegurado y repasaron una y otra vez la información que tenían mientras esperaban noticias de los informáticos. Cada minuto que pasaba era un minuto de infierno para Jeremy, el niño secuestrado, y eso les carcomía a todos por dentro. Finalmente, cerca del mediodía, recibieron una llamada de García.

—Estás en altavoz—le dijo Hotch antes de que comenzara como era habitual.

«Mi adorable y maravilloso genio, ¿estás ahí?», dijo la analista de todos modos.

—Sí, García, aquí estoy—respondió sin poder evitar mostrar una sonrisa ante la voz de la agradable mujer.

«Fantástico porque tengo una noticia estupenda para ti y para todos. Bueno, no es estupenda, en realidad es horrible, pero es buena para el caso».

—García, al grano—la apremió su jefe.

«Sí, perdón. Hemos, y con hemos me refiero a que he tenido la inestimable ayuda de mis nuevos amigos del ICE, localizado el chat en el que trabaja el sujeto que buscáis».

—¿Cuál es su método?

«Lo cierto es que es muy simple una vez que contactas con él. Tiene un chico en oferta, negocias con él lo que quieres, acudes al lugar en el que te cita y tienes al chico durante el tiempo y por lo que hayas negociado. ¿Y si no te gusta el chico que tiene en oferta? Puedes hacerle una petición y por un poco de dinero extra te encontrará uno a tu gusto y serás el primero en... probarlo. Es horrible y la cantidad de personas que han pagado ya por este servicio es impresionante. Lo peor de todo es que no es la primera vez que lo hace, lleva meses haciéndolo por todo el país. En cuanto lo tengáis bajo arresto, varias unidades del FBI y otras agencias se pondrán en marcha para localizar y arrestar a todos sus clientes».

—No puedo decir que me sorprenda, estaba demasiado bien organizado para ser la primera vez—comentó Reid—. García, ¿imagino que pide una prueba de honor?

—¿Prueba de honor?—preguntó Mahone a su lado.

—Algo que demuestre que eres uno de ellos, generalmente una foto o vídeo tuyo tocando sexualmente a un menor—le explicó Reid.

—¿Cómo vamos a quedar con él entonces?

«Voy a poneros ahora en contacto con un experto del ICE que va a encargarse de eso. Lo siento mucho, pero yo no puedo hacerlo, ya he llorado lo suficiente para un mes en las últimas horas».

—No te preocupes, García. Gracias por ayudarnos—le dijo Hotch, sintiéndolo mucho por ella.

«Lo único que necesito es que cojáis a ese tipo y no vuelva a salir a la calle jamás. Ahora, os paso con Connor, del ICE».

«¿Hola?», sonó una voz joven de hombre por el teléfono.

—Hola, ¿eres Connor?

«El mismo. ¿Hablo con el doctor Reid?».

—Así es.

«Es un honor conocerle, doctor Reid. Muchas gracias por su trabajo. Bueno, creo que el tiempo es oro así que iré al grano. Según tengo entendido, van a infiltrar a uno de sus agentes. Ahora mismo les estoy enviando una fotografía a este teléfono. Necesito una fotografía bien tomada de dicho agente en la misma postura. Haré un montaje con otra fotografía que tenemos para poder darlo como prueba de honor. Que no sea la misma vestimenta que llevará a la cita; una camisa y unos vaqueros serán suficiente. La camisa algo desabrochada, que tenga un aspecto relajado, como si estuviera en casa. Realizaré el montaje mientras inician el chat con él. Si necesitan ayuda a ese respecto puedo ponerles en contacto con uno de nuestros expertos, ¿pero me supongo que el doctor Reid sería capaz de hacerlo él mismo?».

—Sí, no te preocupes, yo me encargaré de esa parte. Muchas gracias, Connor, te enviaremos la fotografía lo antes posible.

«Encantado de poder ayudarle, doctor Reid».

«Bueno, chicos, ¿ya lo tenéis?», regresó la voz de García. «Ahora Spencer, cielo, necesito que te pongas en un ordenador para que puedas iniciar el chat».

—De acuerdo, García. Hotch, ¿puedes encargarte de la foto mientras me pongo con esto?

—Por supuesto.

Mientras Reid iniciaba una conversación con el Sudes, cuyo apodo era GiverXrist, Hotch y Mahone fueron a realizar la fotografía. En pocas horas tenían una cita organizada con el Sudes.

* * * * *
*ICE: Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (U.S. Immigration and Customs Enforcement). Aquí tenéis el motivo de por qué Reid hace referencia a esta institución: https://www.ice.gov/espanol/factsheets/operationpredatorSP

Alex Mahone es un personaje de la serie Prison Break interpretado por William Fichtner. Su historia está totalmente modificada, pero he intentado tomar un poco su personalidad. No es un crossover con la serie como tal porque tan solo aparecerá este personaje. Si no conocéis al personaje no pasa nada, podéis considerarlo perfectamente como un original, pero tendréis una idea más clara de él simplemente buscándolo en imágenes en Google.

No hay comentarios:

Publicar un comentario