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Nuestro momento predestinado [cap4]


Título: Nuestro momento predestinado
Fandom: Mentes Criminales          Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia
Capítulos: 30 (4 de 30)
Resumen: El gobierno dice que Spencer Reid es el Alma Gemela de Aaron Hotchner, y Aaron siempre ha confiado en el sistema, pero ese chico flacucho con pinta de ayudante de profesor universitario y claros problemas de personalidad no puede ser su Alma Gemela. No le queda otro remedio que casarse con él, pero eso no significa que tenga que aceptarlo como su pareja.
Nota: Atención, esta es una historia dura que involucra a niños que han sido violados y torturados. Estos hechos no se describen en sí, pero sí se habla posteriormente de ellos y también se incluye la muerte de menores.

Capítulo 4

Supieron que algo había pasado en cuanto llegaron frente a la jefatura. Había un gran revuelo y los policías les miraban quizás con un poco más de odio que el día anterior. Entonces vieron a Reid sentado en un escritorio junto a un hombre que lloraba desesperado y estuvo claro qué había pasado. El sheriff Graham se les acercó con expresión incluso más molesta que el día anterior, aunque sabía que no iba dirigida a ellos, al menos no del todo.

—Tenemos un nuevo secuestro, Adrian Black—les informó.

—¿Seguro que son nuestros sujetos?—preguntó Hotch.

—La descripción del niño concuerda con la de las otras víctimas.

—Ni siquiera han esperado esta vez como en los otros casos—comentó Morgan.

—Uno de los dos debe de estar impacientándose por algo—añadió Prentiss.

Hotch se acercó al doctor y al que probablemente era el padre de la víctima.

—Soy el agente especial Aaron Hotchner, del FBI. Colaboramos con la Policía en la investigación. Me gustaría que uno de mis compañeros le hiciera una entrevista. Puede que, aunque no se dé cuenta ahora, viera algo que pueda ayudarnos con la investigación.

—Um... Iba a...—Reid, inseguro, intentó decir algo, pero Hotch le cortó de inmediato.

—Nos proporcionará más información cuanto antes se haga. ¿Señor Black?

El hombre asintió con la cabeza y acompañó a Hotch hasta donde estaban los demás casi como un autómata. De ahí, Morgan se lo llevó a una sala tranquila y cerró la puerta tras de sí. Reid se levantó y se acercó a los demás agentes.

—O bien ha sucedido algo para que la mujer no pueda esperar el tiempo que esperaba con los otros o bien él lo está disfrutando demasiado y se está impacientando—comentó Prentiss, con los brazos cruzados sobre el pecho emitiendo la misma tensión que el resto.

—Ha sido de nuevo un lugar de oportunidad, no lo tenía planeado. Vio a la víctima perfecta y no pudo resistirse—añadió Rossi.

—Pronto cometerán un error.

—Preferiría no tener que esperar a que dejen alguna prueba con el cadáver para encontrarlos—intervino Reid—. Me supongo que Morgan está realizando una entrevista cognitiva. ¿Podré hablar yo mismo con el señor Black después?

—Por supuesto. ¿Se te ocurre algo que pueda ayudarnos?—sabía que Reid estaba molesto, pero esa no había sido su intención. También sabía que no estaba consiguiendo sonar como si realmente le estuviera invitando a participar, como sí era su intención, sino como si estuviera siendo una molestia.

—Vuestra analista debería investigar los aniversarios de los próximos días. Hay tres en los expedientes que envió, pero puede que hubiera más en los que se descartaron en un primer momento, convendría revisarlos—pareció no percibir ninguna mala intención en su tono de voz o si lo hizo lo ignoró. Tan solo quería ayudar todo cuanto pudiera.

—Ese podría haber sido el detonante, la cercanía del aniversario de la muerte de su hijo—Prentiss asintió.

—O su nacimiento, dependiendo de qué la marcó más—corrigió Reid.

Hotch llamó de inmediato a García, que en pocos minutos les envió el resto de expedientes con un aniversario próximo. Reid fue el primero en leerlos y se los pasó a los demás. Se enviaron coches patrulla a las casas de los primeros sospechosos, pero realmente no podrían hacer nada sin ninguna prueba y la lista total era demasiado extensa como para que un juez aprobara el registro de todos ellos. Cuando Morgan y el padre (con aspecto exhausto y aún más demacrado que antes) salieron de la sala, realmente esperaban que les dieran alguna información, pero por la expresión en el rostro de Morgan esas esperanzas se desvanecieron enseguida.

—Señor Black, venga conmigo. Iremos a un lugar más tranquilo y podrá tomar un café o algo—se ofreció Reid de inmediato, llevándolo a una sala de descanso.

Indicó con un gesto a los dos policías que había allí que salieran y cerró la puerta. Llenó un par de tazas de café, arreglando el suyo con una buena dosis de azúcar y crema. Se sentó en el sofá con el devastado hombre y por un rato tan solo bebieron los cafés en silencio.

—¿Qué ibais a hacer hoy?—preguntó Reid tranquilamente.

—¿Huh?—el hombre le miró como si no le entendiera.

—Salíais muy pronto de casa para ser un sábado. ¿Ibais a pasar el día en algún sitio?

—Ayer fue su cumpleaños, pero yo tenía que trabajar así que hoy íbamos a pasar el día en el parque de atracciones—le explicó con un sollozo final.

—¿Cómo se levantó hoy? Estaba entusiasmado, imagino.

—Oh, no lo sabes bien. Anoche estaba dando saltos en la cama y me despertó extremadamente pronto. No podemos pasar mucho tiempo juntos por mi trabajo así que se emociona mucho con estas cosas.

—¿Y cómo fue la mañana?

—No dejó de meterme prisa para que me preparara, ya estaba esperando en la puerta cuando aún no había terminado de vestirme. Es tan raro, normalmente siempre es al revés, tengo que insistirle para que se prepare. Era pronto así que decidimos ir primero a desayunar unas tortitas a la cafetería porque a mí no se me da bien hacerlas.

—¿A qué cafetería?

—A Benny’s, es donde más le gusta. Les contó que era su cumpleaños y le dieron un plato especial con extra de tortitas. Después cogimos el coche y fuimos a la gasolinera de la esquina, justo al lado, y después de llenar el depósito entré a por unas bebidas y algo de picar para más tarde porque en el parque de atracciones es todo más caro y entonces... cuando salí Adrian ya...

—Entiendo. Señor Black, tenemos a todo un equipo del FBI con nosotros, vamos a encontrarlo.

—Solo tiene cinco años. Estaba tan emocionado con ser un año mayor...—su voz se quebró en las últimas palabras.

El hombre comenzó a llorar de nuevo y Reid tan solo esperó allí con él mientras se desahogaba durante un momento. Después, le preparó otra taza de café y salió de la sala. Se encontró con el sheriff y le indicó que le acompañara hasta la sala donde se reunía la Unidad.

—Melissa Rice—anunció al entrar en la sala.

—¿Y esa es?—preguntó Morgan arqueando una ceja.

—La principal sospechosa ahora mismo. Trabaja en Benny’s, donde fueron a desayunar, y hace quince años su hijo murió apenas cumplidos los cinco. Tiene cuarenta y dos años y no está casada, su Alma Gemela murió cuando estaba embarazada, pero no sería extraño que se juntara con algún viudo.

—¿Cómo sabes todo eso?

—Soy de por aquí, recuerdo cuando murió su hijo, fue un golpe muy duro para todos sus compañeros y amigos, y la cafetería estuvo cerrada por el funeral. Hace tiempo que no voy a Benny’s, pero estoy casi seguro de que sigue trabajando allí.

—¿Cómo murió el hijo?—preguntó Hotch.

—No conozco los detalles, pero al parecer fue un accidente, aunque tal vez debería revisarse eso dada la situación—vio la expresión de duda en el rostro de Hotch y resopló molesto—. Agente Hotchner, esa mujer encaja en el perfil completamente. Es una mujer sumisa y no me sorprendería en absoluto que fuera víctima de maltrato en su casa. Además, la pérdida de su hijo después de la de su Alma Gemela hizo que incluso llegara a intentar suicidarse. Puede que me equivoque, cosa que dudo, pero no perdemos nada intentándolo, no tenemos más pistas ahora mismo.

Hotch le miró por un momento, el doctor estaba completamente seguro de lo que decía y él se sentía inclinado a creerle.

—Si ustedes no van, enviaré a mis agentes—le dijo el sheriff, que no dudaba en absoluto de Reid.

—En marcha.

—Yo también voy—anunció Reid cuando comenzaron a prepararse.

—No, tú no eres un agente, ni siquiera vas armado—le respondió Hotch.

—No voy a entrar, pero quiero estar allí para atender al niño cuando lo saquéis de la casa. Además, no te lo estaba pidiendo. No trabajo para ti así que no puedes impedirme ir.

Hotch frunció el ceño y un gruñido apenas audible reverberó en su garganta. Ese chico era muy obstinado, pero no podía negar que le agradaba un poco.

—De acuerdo. Que nos acompañen algunos de sus agentes—le dijo al sheriff—, pero iremos en silencio, no quiero alertarlos.

Minutos después varios coches de policía y la Unidad se dirigían a la casa de Melissa Rice sin utilizar las sirenas. La propiedad estaba solo a su nombre, como les informó García, pero cuando llegaron encontraron dos coches aparcados en la entrada. Se detuvieron a unos cuantos metros y la Unidad se dividió en dos grupos para entrar en la casa por la parte trasera y delantera al mismo tiempo. Reid esperó junto a los coches. Era frustrante, quería estar también ahí con ellos, sabía que su conocimiento podía ser útil para que aquello terminara sin heridos, pero también sabía que desarmado solo sería un peligro para todos.

Entonces oyó un disparo y, en contra de sus instintos, echó a correr hacia la casa. Que el niño esté bien, que el niño esté bien, repetía una y otra vez en su cabeza. Antes de que llegara a la puerta, Morgan salía con un niño sollozando en brazos.

—Llévalo a los coches—le dijo entregándoselo.

Reid no esperó ni un segundo, fue hasta los coches con el pequeño en brazos y se metió en uno de los todoterrenos de la Unidad con los cristales tintados, era mejor que no viera cuando sacaran a las personas que lo habían secuestrado. Le dejó llorar en su pecho, llamando a su padre, y simplemente le abrazó, acariciando su cabeza.

Vio por la ventanilla a Morgan llamando a uno de los coches patrulla para que se acercaran y metieron a Melissa Rice dentro. Varios agentes de policía más se acercaron a la casa mientras que la Unidad salía de ella, sin ningún detenido más. O bien no se encontraba en la casa o bien había muerto con el disparo que había oído porque tampoco parecían tener ninguna prisa por salvar una vida (aunque quizás no la tuvieran igualmente tratándose de quien se trataba).

Hotch se acercó al coche y subió tras el volante mientras Rossi subía de copiloto. Los tres intercambiaron miradas, el niño llorando más silenciosamente ahora. Reid asintió con la cabeza a la pregunta sin formular. El niño estaría bien, se recuperaría, él se aseguraría de ello. Se pusieron en marcha y llegaron lo antes posible a la jefatura.

El señor Black esperaba ya en la entrada, con expresión desesperada, y el pequeño salió corriendo del coche en cuanto este se detuvo y prácticamente saltó a sus brazos. Reid salió del coche sonriente, aquel era el mejor final que podrían haber tenido. Llevó a padre e hijo al interior del edificio y los acomodó en una sala vacía.

Aún tendrían que pasar por mucho. La mujer que lo había secuestrado estaba viva, lo que significaba juicios y más juicios. Y para recuperarse del todo ambos tendrían que pasar por terapia, probablemente durante años, incluso si ahora no lo creían necesario. Pero, por ahora, con estar juntos era suficiente.

Cuando salió de la sala, dejándolos descansar, se encontró con los miembros de la Unidad recogiendo sus cosas.

—Buen trabajo—les dijo, con aspecto cansado, pero aún sonriente.

—Eso deberíamos decirlo nosotros, le hemos salvado gracias a ti—le dijo Morgan, estrechándole la mano.

—Solo he tenido suerte, si no fuera de aquí no habría podido hacer nada. Sé que vosotros siempre hacéis un gran trabajo. Oh, y... tengo que preguntar algo. ¿Qué pasó en la casa? Concretamente, ¿qué vio el niño?

Todos miraron automáticamente a su jefe.

—El sujeto, James Lackey, utilizó al niño de rehén, como escudo. Tuve que disparar—era evidente que eso no le había gustado. Sin duda habría preferido no tener que llegar a eso ni que el niño lo viera.

—Entiendo. Bueno, ahora viene de verdad mi trabajo, encargarme de que nada de lo que ha pasado le afecte de por vida.

—Has hecho un buen trabajo, doctor Reid—le dijo Rossi, dándole la mano—, y estoy seguro de que seguirás haciéndolo.

Salió de la sala, seguido por el resto de sus compañeros según se despedían del doctor, hasta que solamente quedó Hotch.

—Siento que empezáramos con mal pie, pero creo que no hemos terminado tan mal—le dijo el joven, aunque ahora apenas sonreía.

—Sí, yo también... lamento mucho cómo me comporté al llegar. Si no llega a ser por ti puede que no los hubiéramos encontrado a tiempo—tenía que disculparse por mucho más, pero no estaba seguro de cómo hacerlo.

—Ni pensemos en eso. Ha sido el trabajo de todos, una buena colaboración—Reid rebuscó en su bolsa y sacó una tarjeta—. Ese es mi número. Ya se ha cumplido el plazo así que podemos pedir una revisión. Llámame cuando te venga bien.

Aaron pensó que iba a decirle que le llamara si le necesitaban para algún caso, pero se quedó algo confuso ante lo que le dijo.

—¿Qué quieres decir?

—Han pasado ya los tres años que marca la ley, de hecho bastante más, así que podemos pedir una revisión de nuestro matrimonio. Las probabilidades son muy bajas, pero no es imposible que fuera un error. Nuestras agendas serán difíciles de compatibilizar para conseguir una cita en el juzgado, pero algún momento encontraremos. Si me das tu teléfono, te avisaré cuando regrese a Chicago, desde allí será más fácil.

—Oh, claro...—Hotch sacó su tarjeta y se la entregó en un gesto automático. Aún estaba aturdido con lo que le había dicho, no se lo esperaba en absoluto, pero no debería sorprenderle por la forma en que le había tratado cuando se conocieron—. Arreglaré una cita entonces.


—Que tengáis buen vuelo—se despidió y regresó a la sala donde se encontraban los Black.

3 comentarios:

  1. En tu cara Hotch!ja!
    Bien Reid, hazlo q trabaje por tu perdon

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  2. el no se merece su perdon..!!!
    ooohh espero que alguien ande destras de los huesitos de nuestro reid..!!!

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  3. Aaa hotch si que es un idiot....
    Después de tanto tiempo que no ve a reid todavía viene y lo trata mal...
    Que bueno que nuestro Reíd sabe poner en su lugar a hotch y no se deja que lo que le diga hotch lo afecte....
    Aaaa ojala que hotch tenga un rival para el amor de Reid

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